lunes, 10 de abril de 2017

Doblepensar

Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. 
Así sintetiza Emmanuel Goldstein una de las armas más poderosas del Gran Hermano en la novela 1984 de George Orwell. Si llegaste hasta acá sin leerla, hacelo. Me vas a odiar llegando al final, pero no dejes de hacerlo.

El doblepensar es necesario para ser oficialista hoy. Es la única forma de pedirle a los docentes que protesten con los chicos en las aulas y luego rociarles gas pimienta en la cara cuando intentan una forma de protesta que no suspende clases ni corta calles.

El doblepensar es necesario para suponer que todos los que están en contra del gobierno son delincuentes, vagos, planeros. Necesito doblepensar para que no me moleste sostener que el 48.7% de la Argentina votó en contra de este modelo aún cuando el otro candidato no convencía a más de uno. Necesito doblepensar para no hacer cuentas de cuántos de los que votaron a favor hoy votarían en contra. Para no pensar cuántos de los que votaron a Macri eran docentes y hoy se dan cuenta de su error.

Hay que doblepensar para suponer que los cientos de miles de personas en los paros y movilizaciones sólo son sindicalistas, desestabilizadores o mercenarios pagos y no poner en la cuenta que tal vez los docentes que perdieron 10% de poder adquisitivo el año pasado y se enfrentan a una nueva pérdida este año tengan algún motivo para protestar.

Hay que doblepensar para no darse cuenta que ese panorama se repite para la mayoría de los asalariados... para los que aún tienen trabajo.

Hay que doblepensar para hablar de diálogo y al mismo tiempo festejar la violencia. También para justificarla hablando de cumplir las leyes sin mosquearse porque el presidente se niega a llamar a la paritaria docente como la ley lo obliga. Y mucho más para hacerse el otario cuando hay un fallo de la justicia diciendo exactamente eso y el presidente anuncia abiertamente que no lo va a cumplir.

Hay que doblepensar para seguir diciendo que este gobierno es dialoguista al mismo tiempo que se festeja lo inflexible que es la gobernadora con los docentes.

Hay que estar muy distraido para no ver que la inflexibilidad de la gobernadora, la brutalidad policial y todo el cúmulo de agresiones no buscan sólo desgastar la protesta docente, sino aleccionar al resto de los sindicatos. Para todos, el mensaje es claro: "así les va a ir a los que no se queden en el molde".

Hay que retorcerse en el doblepensamiento para llamar corrupto al sindicalista que propone un plan de lucha, y no al que permite que sus afiliados pierdan poder adquisitivo, sean despedidos o trabajen en condiciones de semiesclavitud.


O para creerles a los medios que difunden todas esas paradojas disparatadas.


Pero el peor karma del doblepensamiento, es creerte, vos que sos de clase media, que este modelo antipobres te va a beneficiar a vos, pensar que esta vez no va a ser como en los '90, suponer que esta vez la crisis no se va a llevar puesta a la clase media.

No hay comentarios:

Publicar un comentario