viernes, 8 de julio de 2011

A quién no votar

Hace un tiempo, llamó mucho la atención Gabriel Batistuta postulándose como DT de la selección. ¿Por qué es llamativo? Fácil, porque muchas veces Batistuta afirmó que no le gustaba el fútbol y en la misma nota afirmaba que ni loco sería director técnico de un equipo, demasiado fútbol para él.

Se preguntarán qué diablos tiene que ver esto con las elecciones, pues bien, así como evitamos elegir un director técnico que no guste del fútbol, ¿no les parece tonto elegir para gobernar la ciudad a una persona que desprecia tanto a la política como al estado?

¿Qué se puede esperar del estado de la ciudad si elegimos a los que proponen llevarlo a la mínima expresión?, los que prefieren que tanto la salud como la educación sean privados, que las jubilaciones sean privadas, que no haya transporte público, los que prefieren que el estado no se meta en nada. El estado tendrá cosas que funcionen bien o mal, pero ¿será cierto que los porteños preferimos eliminar el estado antes que tratar de mejorarlo?

Una de las principales trampas de quienes proponen eliminar el estado privatizando todo, es la de evitar la corrupción. Al margen de que difícilmente uno pueda creerse semejante cosa de quienes se hicieron ricos haciendo negocios turbios con el estado e incumpliendo todas las leyes que se pusieran en su camino, hay algo de perverso en esa idea.
Lo perverso es que privatizar es legalizar la coima. ¿Cómo es esto? Si alguien se lleva una 10% de una obra del estado, es un coimero y todos estamos de acuerdo. Ahora si ese mismo alguien hace una diferencia cuando la obra se delega en un privado, entonces es un empresario. No importa si la diferencia es del 10% o del 100%, es su ganancia y es su derecho. Fantástico, se lleva más plata que antes y encima es legal. De hecho, eternamente agradecidos por venir a ganar dinero a nuestro país y por evitar que sigamos aislados del mundo, probablemente le demos créditos blandos, exenciones impositivas, contratos por 30 años, garantías cambiarias, etc, etc, etc.

En síntesis, cuando alguien me promete construir 10km de subte por año, cada uno verá si le cree o no. Pero cuando propone convertir cada servicio público en un negocio privado, ¿cómo no creerle? Entonces si vos querés obras públicas, hospitales, escuelas, el riachuelo limpio, mejores medios de transporte, ¿no es contradictorio poner a manejar el estado a los que proponen que el estado no haga esas cosas?

martes, 5 de julio de 2011

Palpitando las elecciones

Falta menos de una semana para las elecciones y ayer estuvieron me estuvieron llegando por twitter algunas de las plataformas electorales de los candidatos, las dejo por acá para los que tengan ganas de chusmear:

Si van teniendo de los demás candidatos pásenlas que las agregamos.