viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Qué nos dejó el cacerolazo?

La de ayer fue tal vez la manifestación opositora más masiva desde la 125. Miles de personas salieron a las calles con sus cacerolas, muchos se acercaron a la plaza de mayo, otros lo hicieron en alguna esquina notoria de su barrio. No es fácil encontrar un mensaje único en el reclamo, más allá de la oposición al gobierno kirchnerista. Aún los canales opositores no se ponían de acuerdo en cuál fue el motivo principal de la convocatoria. Tampoco hubo banderas políticas, más allá de la "anti-K" o alguna defensa de otras organizaciones enfrentadas con el gobierno, con carteles tipo "TN no miente. Kretina miente y roba".

Para entender las consecuencias de esta manifestación, quise tratar de identificar cuáles eran sus reclamos. Desde ya que no es fácil, era una multitud sin demasiados lineamientos en común, que iba desde la más extrema derecha militarista hasta grupos mucho más moderados y conservadores. Tal vez la ausencia de banderas políticas se explique por esa disgregación, y tal vez los políticos opositores fueron inteligentes al esquivar una convocatoria más clara de su parte; cualquier político opositor convocando hubiera restado adhesiones antes que sumarlas.

Yendo a los reclamos, arranco por uno que me parece de los más claros: el fin a las restricciones cambiarias. El tema en sí deja mucha tela para cortar que prefiero no profundizar en este momento, sin embargo, a diferencia de algunas opiniones que escucho, no creo que sea ÉL motivo de la manifestación. En todo caso tal vez sea el detonante de los últimos meses, pero no es la principal causa del descontento.

Los demás reclamos me parecen menos claros. Por ejemplo, se reclama seguridad y se protesta por la corrupción, pero ¿por qué entonces la manifestación es únicamente anti-K? Si bien no es fácil medirlo, uno tiende a suponer que muchas de esas personas votaron a Macri, uno de los dirigentes más sospechados de corrupción de la Argentina, tanto ahora desde el gobierno como antes desde su posición empresaria. De la misma manera, la seguridad no es una responsabilidad exclusiva del gobierno nacional; la ciudad tiene su propia policía y todas las provincias no-K también.
Por supuesto que no está mal quejarse de la corrupción y reclamar seguridad, pero apuntar el reclamo a un único partido político para mí le quita peso al reclamo. Si yo protesto por la corrupción de unos y no de otros, entonces eso deja un tufillo a que el reclamo es más anti-K que anti-corrupción.

Los últimos reclamos que identifico tienden a reforzar mi sospecha. Se habla de violencia y de falta de diálogo de parte del Gobierno, sin embargo estas son las manifestaciones más violentas que yo haya visto en la Argentina desde 2001. No ví ese nivel de agresión nunca en una convocatoria K o Moyanista. A lo mejor uno encuentra un insulto, pero nunca algo parecido "Andá con Néstor".

Acá hay que tener cuidado, porque en la tele es fácil encontrarse con que la cámara toma a los más exaltados y no se debe generalizar: que un energúmeno desbocado grite barbaridades a una cámara, no significa que los cientos o miles de personas detrás no puedan ser mucho más razonables y pensantes.
Sin embargo, en mis conversaciones con antikirchneristas suelo encontrar más "yo la odio" que argumentos concretos o posiciones sobre qué debería hacer el gobierno para detener la inflación. Se habla mucho de crispación o de polarización... para mí hoy en día es muy notorio que el estado de violencia se fogonea mucho más desde la oposición que desde el kirchnerismo.
Ojo, yo no digo que el kirchnerismo sea inocente. Hay mucho K que salió a decir "LTA" cuando ganaron con el 54%. Sin embargo, es el programa de Lanata el que arranca mandando fuck yous, mientras que 678 recibe saludos y caras sonrientes. Es la revista Noticias la que saca una tapa agresiva y misógina con la presidenta masturbándose. Son los medios y políticos opositores los que empujan el "no te tenemos miedo", basandose en una tergiversación intencionada de los dichos de la presidenta.

Finalmente aparecen reclamos que tienen que ver con la institucionalidad y la Constitución. La verdad es que no me los creo mucho... en la misma manifestación en la que hay gente reclamando que no se respeta la Constitución hay otros pidiendo que la presidenta se vaya. La constitución le da 4 años, faltan 3.
Ojo, yo no me asusto por alguien que pida que un mandatario electo se vaya antes de tiempo. Creo que es un derecho que se les debe dar a los electores. Si yo elegí a alguien bajo ciertas premisas y ese alguien no las cumple yo debería tener derecho a revocar el mandato. Para mí debería ser un derecho constitucional.
Pero no creo que sea el caso. Creo que la gran mayoría del 54% que la votó el año pasado la volvería a votar. Prueba de eso es miedo de los opositores a la "re-re" (otro tema que daría para largo): si no pensaran que Cristina vuelve a ganar, no habría por qué temerle a que se presente. Entonces, no creo que estemos hablando de un gobernante que está haciendo algo opuesto a lo que sus votantes quieren y por lo tanto los que quieren que la presidenta no termine su mandato, no se están oponiendo a una persona sino también a ese 54% que la votó. Lo grave no es que sean destituyentes, lo grave es que son antidemocráticos.

De nuevo, es seguro que no todos los que estaban ayer en la plaza piensan así. Que en la madeja de individuos que había ayer, algunos quieren respetar la constitución y a otros no les importa nada, sólo quieren que termine el calvario que les representa este gobierno. Algunos serán violentos y otros serán muy pacíficos y sólo reclaman porque se sienten vulnerados en algún derecho.
Pues bien, aplaudo que se manifiesten, que reclamen lo que les parezca. Que hayan salido a la calle. Aplaudo siempre la participación política de la gente común, pero aún más en este caso porque tengo la sensación de que representan a grupos de gente que tradicionalmente desprecian la política. Salir a la calle, ir a la plaza es dar un paso al frente, comprometerse, militar. Representa un cambio frente a la antipolítica de décadas pasadas, que me parece muy saludable, más allá de que uno esté de acuerdo o no con la visión que proponen. La antipolítica es una bandera de los que saben que sus objetivos sólo son posibles si el pueblo está adormecido.

Aplaudo el despertar político, pero si me permiten una opinión, creo que deberían tener cuidado. Cuidado con que la mezcolanza de visiones no termine en un vacío de propuestas, en una mera confluencia anti-K sin ningún futuro. Cuidado con que los violentos y los antidemocráticos no les ocupen ese espacio que se abre. Cuidado con que el "odio a la yegua" no le gane a la búsqueda de argumentos más concisos y propuestas alternativas. Y cuidado de no estar siendo usados para favorecer los intereses de otros que sólo miran su propio beneficio.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Objetividad Periodística

Hace unos minutos, haciendo zapping paso por América Noticias. No sé por qué me detuve, porque el zócalo no era muy llamativo: "Villa Lugano. Intentan robarle el handy a un policía".

El periodista en el lugar se acerca a un vecino, para consultarle sobre el hecho, la versión del vecino sí me llamó la atención: "Había dos muchachos pegando afiches para un encuentro de box, viene un policía y les patea el tacho de engrudo. Cuando le preguntaron por qué hacía eso, respondió con un tiro."
Luego de semejante declaración, el periodista nos traduce: "El vecino nos informa que el policía intentó detener la pegatina y se produjo un forcejeo". Igualito, ¿no?

Obviamente uno no puede saber si el vecino dice la verdad o no; pero es claro que la afirmación del periodista no se deducen de las declaraciones del entrevistado. Tampoco yo sé qué gana en tergiversar las declaraciones de esa manera, pero debe haber algo fuerte, porque hay que tener la cara dura para cambiar las cosas así: ¡si yo acabo de escuchar la entrevista!
Sospecho que están muy acostumbrados a dar vuelta las noticias, o bien creen que los televidentes somos muuuy boludos.

En fin, la cosa continuó de las formas habituales: más preguntas, más respuestas en el mismo sentido, más reinterpretaciones "libres" por parte del "periodista". El zócalo seguía hablando de handies robados....

En fin, pasaron varios minutos hasta que intervino otra periodista desde estudios para poner paños fríos; habló de diferentes relatos según a quién se pregunte, uno por parte de la policía y otro por parte de los vecinos, una interpretación más digna. O al menos consistente con lo que mostraba la cámara. Y finalmente cambiaron el zócalo.