jueves, 31 de mayo de 2012

Periodismo para todos

Hace varias semanas me debo un comentario sobre el programa de Lanata. Desde la primera vez que lo vi me pareció bastante irrespetuoso, pero en Angola llegó al colmo.

Los insultos durante el programa comienzan siempre en su monólogo inicial, en el que no titubea de tratar de "chorro" al vicepresidente o "boludo" al viceministro de economía, entre otros insultos que me habré perdido. La pregunta que me surge es cómo puede convivir la pretensión de ubicarse como periodista independiente junto con un stand-up humorístico, ¿entre dos formas de contar algo que pasó en la semana, primará la más veraz o la más graciosa?

En fin, el colmo de la falta de respeto llegó durante el viaje de varios funcionarios a Angola, en la que Lanata maltrató seriamente al canciller Timerman. Lo increpó, lo interrumpió, acaparó la conferencia de prensa sin dejar participar a los demás periodistas... y de nuevo me surgen preguntas: ¿dónde están los que se quejaban por las preguntas de la embajadora argentina en Gran Bretaña al canciller británico? Por favor miren ambos videos y díganme quiénes son los que insultan, los que faltan el respeto, los que interrumpen, los que no respetan las formas.

Qué se yo, uno puede opinar distinto, estar en desacuerdo, incluso investigar y denunciar, pero todo eso se puede hacer sin faltarle el respeto, y con más razón cuando uno es de esos que se llenan la boca hablando de la defensa de las instituciones. ¿O acaso el Poder Ejecutivo no es una institución consagrada por la Constitución Nacional? ¿O será que sólo defendemos las instituciones que opinan igual que nosotros?




jueves, 3 de mayo de 2012

Ya no sorprende

Es triste pero ya no sorprende la defensa del maleducado canciller británico por parte de todo el cipayaje argentino. A los que reamente se comieron el caramelito de que la embajadora Argentina había hecho una pregunta desubicada, los invito a buscar  en Internet el video del momento.
Si lo hacen van a entender por qué TN no lo puede mostrar: en el video queda clarísimo quién hace una pregunta adecuada y pertinente y quién es el que interrumpe permanentemente, no deja hablar al otro y contesta de muy mal modo.

Decía que es triste pero ya no sorprende. Es que ahora defienden al canciller del usurpador de las Malvinas, como antes defendieron los intereses de una empresa española que vació YPF, lo mismo había pasado con otra empresa española que vació Aerolíneas. También consideran que es impertinente que la Argentina revise un avión lleno de armas no declaradas proveniente de USA. O protestan porque la Argentina  pone condiciones al comercio internacional, porque tenemos miedo de que algiuen se ofenda y no nos quiera comprar más.

Si bien, insisto, no sorprende, eso no quiere decir que tenga una explicación clara, sigo sin entenderlo. La explicación que más se repite es "no son las formas". Sinceramente me parece irrisoria. ¿De qué formas hablamos? Si Repsol y Marsans incumplieron todas sus obligaciones de inversión, ¿qué sería actuar de acuerdo a las formas? ¿Pedirles por favor que cumplan con el contrato que firmaron?
¿Y con respecto al avión estadounidense? ¿Cuáles serían las formas adecuadas para manejar esa situación? ¿Les pedimos permiso para revisar su avión? ¿Si aparece un avión Argentino en USA le pedirán permiso para revisarlo? ¿Les pedimos por favor que no contrabandeen armas?
Si quieren entender bien lo de las formas, los remito nuevamente a las formas del canciller británico, ahí van a ver las formas de uno y otro.

Entonces sigo sin encontrar una explicación. ¿Es que consideran que la única posición viable de la Argentina en el concierto internacional es la de agachar la cabeza y dejarse someter por las relaciones carnales? ¿Es que los Argentinos hacemos todo mal? ¿Es que odian tanto a este gobierno que prefieren ponerse del lado de los extranjeros? ¿Qué intereses hay detrás de esa defensa incondicional de las potencias extranjeras?


martes, 1 de mayo de 2012

Montesquieu sobre la crispación

Leyendo a Montesquieu encuentro una idea que aplica a los últimos años de la Argentina:
Si hay tranquilidad absoluta en un estado, con toda seguridad sabemos que no hay libertad, porque no hay diálogo, ni discusión, ni legítima tensión política. Es la paz de la dictadura.