domingo, 10 de enero de 2016

Tres perejiles

Soy consumidor compulsivo de los canales de noticias, en particular de los que tienen una visión distinta a la mía (que hoy por hoy parecen ser todos, pero eso es para otro momento). En los últimos 13 o 14 días hay una única noticia que ocupa el 90% de su tiempo... si no el 100%. Hablamos obviamente de la persecución de tres perejiles.

Pará, pará, pará, ¿vos me estás diciendo que Martín Lanatta y sus dos complices, no son los narcos más peligrosos y con más recursos de sudamérica?
Más vale que son perejiles. Son la "mano de obra", los "autores materiales" del triple crimen. Obvio que son delincuentes y peligrosos, pero los verdaderos narcos, los autores intelectuales, los que pueden hacer que se abran las puertas de la carcel, esos están fugados desde hace rato. El jefe de estos tres tipos (Pérez Corradi) está prófugo desde hace 5 años y eso no sale por televisión. Y cualquiera puede imaginar que hay gente más arriba de él.
Que no se entienda mal: Lanatta es un delincuente y debería pudrirse en la cárcel (en lugar de dar entrevistas para canales de televisión), lo que yo no creo es que atrapar a estos tres tipos sea una batalla crucial en la lucha contra el narcotráfico. Por ejemplo, produjo bastante menos revuelo cuando hace algunos años se atrapó en Pilar al narco más buscado del mundo.

¿A dónde va todo esto? A que mientras todos los medios de comunicación del país no parecen interesarse por nada más que por la telenovela de la fuga, discutiendo si atraparon a uno o a tres, quién les dio el dato falso, si la camioneta estaba bien o mal ploteada, si los liberó el macrismo en pago por los favores en campaña o si los liberó el kirchnerismo para liquidarlos, si Ritondo y Aníbal Fernández se van a hacer una rinoscopía... mientras hablamos de todo esto, en el país pasó de todo y nosotros mirando la novela.


Mientras tanto, se despidieron más de 15.000 personas, acusándolos de ñoquis o de militantes pero admitiendo que no había "tiempo para evaluar cada caso". A los que protestaron se los calló a balazos de goma, fueran estatales o privados y los que tuvieron más suerte sólo fueron ninguneados por los medios de comunicación (¿ya te dije que ahora todos los canales de noticias son oficialistas?). A los que todavía tienen trabajo el ministro de finanzas los amenazó con perderlo si no bajaban las pretensiones salariales y en la provincia de Buenos Aires la gobernadora fue más práctica suspendiendo directamente las paritarias por decreto.

Es que el estado debe achicarse para reducir el déficit y no puede pagar tantos sueldos ahora que no cobra más retenciones, y que bajó los impuestos a los autos de alta gama (lo que curiosamente hizo subir los precios de los autos de gama media y baja). Por eso también se explica que se estiró un poquito el plazo para eliminar el impuesto a las ganancias, si bien nadie duda que se cumplirá esa promesa electoral.

Para redondear la cuestión, lejos de eliminar el déficit, la Argentina se endeuda por 5000 millones de dólares y abre la puerta para un endeudamiento por 16500 millones más, mientras se discute el presupuesto bonaerense que prevé un endeudamiento por 106.153 millones de pesos.

Y ya que estamos el Indec decide que por un año no se van a publicar cifras de inflación (curioso concepto de la "emergencia"), aunque las mediciones privadas superan el 4% para diciembre y estiman hasta un 6% para enero. Claro que ahora esas encuestadoras privadas no las promocionan más ni Pato Bulrich desde el congreso (es lógico, estuvo bastante ocupada estos días), ni los grandes medios de comunicación y sus repetidoras... me pregunto por qué.

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